Algunos alumnos pueden tener una motivación innata que será incrementada o disminuida según la actitud del profesor.
Existen diversos factores, que dependen del profesor y que afectan a la motivación de un estudiante, como son:
• Interés en la materia de la asignatura
• Percepción de su utilidad
• Deseo general para lograr la meta de superar la asignatura
• Auto-confianza y auto-estima.
• Paciencia y persistencia.
Y, claro, no todos los estudiantes se motivan a través de los mismos valores, necesidades o deseos. Algunos serán motivables por la aprobación de terceros, otros por desafíos o retos. Como hemos visto en el test, algunos sólo se motivan bajo presión, otros se bloquean cuando se sienten presionados… Nosotros hemos obtenido con la realización del test dos tipos de alumnos: vagos y ambiciosos.
Como ya hemos dicho existen dos tipos principales de alumnos: los que ya están motivados por sí solos y los que no, los que hay que motivar. En términos más técnicos hablamos de motivación intrínseca y extrínseca. La intrínseca es que una persona haga algo por el simple placer de hacerlo y la extrínseca cuando lo hace no por la actividad realizada en sí sino por la recompensa o beneficio que le de la misma o bien por el castigo. Hay que probar siempre otras vías de motivación antes de llegar a la extrínseca (“cada vez que apruebes un examen te doy 10 euros y cada vez que suspendas un fin de semana sin salir”)
Estos dos tipos de motivación son combinables iniciando una actividad por motivación extrínseca pero manteniéndola al final por sus factores intrínsecos.
Diferentes estudios afirman que los estudiantes tienen motivación intrínseca si:
-Atribuyen sus resultados educativos a los factores internos que pueden controlar como la cantidad de esfuerzo que invirtieron en estudiar algo.
-Creer que pueden ser agentes eficaces en el logro de las metas que desean alcanzar, los resultados no son determinados por el azar.
-Están motivados hacía un conocimiento a fondo de un asunto, en vez de un aprendizaje mecánico que sólo le serviría para aprobar.
Estos alumnos aunque en principio parece que no, también necesitan ayuda del profesor para mantener esta motivación. Necesitan sobre todo un profesor preparado que les plantee metas. Una persona a la que ellos vean inteligente y que comparta inquietudes con ellos. Les encanta que se les manden trabajos de investigación o “deberes” difíciles que les suponga un reto que con su esfuerzo puedan superar. Si el profesor no le plantea retos y no demuestra interés o pasión por lo que enseña, estos niños se sentirán muy desmotivados y engañados y pueden llegar a tener un mal comportamiento (es lo mismo que ocurre con los superdotados, que además muchas veces tienen esta motivación intrínseca y no es potenciada tanto como debiera).
Para los alumnos que no tengan motivación intrínseca se utilizan mucho la actividad-juego para motivarles. Por ejemplo juegos en equipo como resolver tantos ejercicios en menor tiempo o como el juego que podéis consultar en esta web: http://www.ite.educacion.es/w3/eos/MaterialesEducativos/primaria/grado56/grado56.html con el que se juega una especie de trivial por grupos. También en esta página podeís encontrar diferentes juegos en grupo: http://www.juegosengrupo.com/page/2.
Creemos que todos los alumnos son diferentes y tendrán una forma de motivación u otra. Es tarea del profesor conocer a sus alumnos para saber que les motiva y ser capaz de compenetrar todas las actividades motivadoras para unos y otros y poder conseguir así una mayoría de alumnos motivamos. Aún así pensamos que siempre habrá algunos alumnos que no se motiven con nada, que no les guste estudiar ni nada que huela a estudiar aunque sean juegos. Esto puede ocurrir normalmente cuando son más mayores, y a veces habría que pensar en que tienen otros problemas con compañeros del colegio o en casa.
Para los niños vagos podríamos usar las siguientes estrategias:
- Hacer que los estudiantes sean participantes activos a la hora de aprender.
- Pedir a los estudiantes que analicen lo que hace que una clase sea más o menos motivadora.
- Comunicar a los estudiantes las exigencias de la asignatura para aprobarla.
- Fortalecer la automotivación de los estudiantes.
- Trabajar las fortalezas e intereses de los estudiantes.
- Recompensar el éxito.
- Evitar ceder y dar las "soluciones" a los estudiantes para las tareas de trabajo o deberes para casa.
Para los ambiciosos podríamos usar las siguientes:
- Mantener expectativas altas, pero realistas, sobre sus estudiantes.
- Ayudar a los estudiantes a establecer sus propios objetivos.
- Evitar crear competencia entre los estudiantes.
- Incrementar progresivamente la dificultad del material de la asignatura.
- Poner énfasis en el dominio y aprendizaje, más que en las notas.
- Evitar comentarios degradantes en la clase.